RSC: nuevo paradigma y reconversión
23/05/2022
El concepto de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) se acuña a mitad del siglo pasado cuando se comienza a percibir el impacto que las empresas tienen en la sociedad y en el entorno que las rodean. Tal es así, que en un comienzo se vinculaba las acciones de RSC con impulsar causas sociales, incentivar contribuciones caritativas o incluso adoptar programas de voluntariado.
Durante algún tiempo, muchas empresas han utilizado, consciente o inconscientemente, la RSC como una herramienta de mera acción cosmética complementaria al marketing como forma de construcción de la imagen corporativa. Esto ha contribuido a una mala interpretación del concepto de RSC, generando confusión incluso en la opinión pública.
La aparición de nuevas tecnologías de la información, la internet y, consecuentemente, la globalización, ponen a disposición tal magnitud de información que las exigencias de la sociedad han ido in creyendo en pos de obligar a las empresas a pensarse como seres sociales y delinear sus acciones y comportamientos hacia un paradigma más humano y comprometido con la salud social y ambiental. Poniendo en tela de juicio si la RSC se encuentra entonces en una instancia de auge o de declive.
El cambio de paradigma:
Diferentes fenómenos se han registrado desde mitad del siglo pasado hasta esta parte, como factores fundamentales que han ido delineando el concepto de la RSC a como hoy en día se interpreta. Entre ellos, el Pacto de Naciones Unidas y la Agenda 2030, han obligado a las empresas a dar un golpe de timón y orientar sus estrategias, ya no al mero objetivo de ganar dinero, sino a trabajar en pos de la construcción de un mundo mejor, bajo tres esenciales ejes de acción: medioambiental, social, y de gobernanza.
Como indica Mónica Acero, especialista en Comunicación Corporativa, “la sostenibilidad se ha situado en el centro de la agenda empresarial por el incremento de riesgos y oportunidades que conlleva para los negocios. Ya no es un “gasto” sino que es una “inversión” que, además de contribuir a la mejora social y medioambiental y, por ende, reputacional, reporta beneficios económicos”.
Este cambio de paradigma, orienta a las compañías a replantearse su propósito y ser conscientes de que, para asegurar la supervivencia del negocio, el único camino posible es transitar la sostenibilidad como estrategia fundamental para establecer relaciones de confianza a largo plazo con sus públicos de interés, desarrollar ventajas competitivas y contribuir al propósito social. Para esto la RSC se ha convertido en una herramienta crucial.
RSC, más allá de la estrategia de PR:
Bajo este nuevo paradigma la tendencia de las compañías por implementar la RSC va en aumento. Como Mónica comenta la RSC va mucho más allá de una estrategia de marketing o Relaciones Públicas “se tiene que colocar en el corazón de la estrategia empresarial, en su actitud y actividades, en todo lo que hace” y agrega que existen “tres pasos claves para integrarla: 1) escuchar y dialogar con los grupos de interés. 2) Alinear la estrategia de sostenibilidad con las expectativas de los stakeholders 3) implementarla con acciones concretas que nos permitan pasar del storytelling al storydoing, demostrando que no estamos vendiendo humo”.
La relación y el diálogo transparente con los stakeholders confluyen en una sinergia cuando los últimos perciben que la compañía entiende sus valores, los representa y los defiende. Se trata en definitiva de que exista una coherencia comunicacional entre lo que la empresa dice, hace y su propósito natural.
La RSC conecta:
Para generar este engagement, la mejor manera de comunicar la RSC es desarrollar “una estrategia multistakeholder y multicanal”, nos revela Mónica, ya que no se trata sólo de informar, sino que es fundamental conectar, para esto “es imprescindible que impulsemos acciones transmedia, creativas y con nuevos formatos que nos permitan generar engagement, como por ejemplo, los brand films, la gamificación y las webseries”; adicionalmente, las memorias interactivas o los video-resúmenes, que generen impacto, cautiven y emocionen, son las nuevas tendencias por las cuales apostarán las compañías para comunicar sus logros y compromisos sostenibles haciendo foco en las personas, apostando a la transparencia, la ética y a una comunicación honesta que escape a los mensajes comerciales.
Posicionados entonces en el centro de un nuevo paradigma y conociendo las nuevas tendencias en comunicación, podemos afirmar que la RSC lejos de estar en auge o en declive se encuentra en plena reconversión para responder a las exigencias y problemáticas actuales de la sociedad y el entorno. El gran desafío que tiene por delante la alta Dirección es creer que una empresa diferente realmente FUNCIONA.
Por: Bárbara Masiá Rojkín