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NO ES UN ADIÓS, ES UN HASTA PRONTO

08/09/2020

¡Hola!
Me llamo Bibi y tengo 24 años. Soy de Cambados, un pequeño pueblo de Galicia, y hoy os quiero contar la historia de cómo acabé estudiando en la UAB y cómo realizar el Máster en Dirección de Relaciones Públicas y Agencias de Comunicación ha sido una de las mejores decisiones que he tomado nunca.

«¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?».
– George Herbert

He escogido esta cita del poeta inglés George Herbert porque es la metáfora perfecta de cómo vivo mi vida y cómo percibo los proyectos en los que me suelo inmiscuir.
Para mí, sin cambios no hay emoción y sin emoción no hay evolución.
Toda mi vida quise ser jugadora profesional de voleibol o matemática hasta que un giro inesperado de los acontecimientos hizo que acabase en Estados Unidos, enamorándome de su lengua y de su cultura.
En el trascurso de un año, todos los planes que tenía en mi cabeza se habían trastocado y, por primera vez, me di cuenta de que cambiar de idea estaba bien. Tenía nuevos objetivos: conocer nuevas culturas y aprender nuevos idiomas; y la emoción del cambio y de vivir aventuras se apoderó de mí.
Comencé a estudiar Traducción e Interpretación en la Universidade de Vigo, haciendo una paradita en la Universität Leipzig para realizar allí mi Erasmus. Durante estos cuatro años, tuve la oportunidad de viajar, de conocer, de socializar y de experimentar diferentes backgrounds.
Tras esta gran etapa de mi vida, seguí mi rumbo y mis ganas de experimentar nuevas emociones no hicieron más que crecer.
Aunque podía haber cogido el camino de la traducción o de la interpretación (mundos que echo de menos, pero que todavía no he olvidado, ya que sigo traduciendo alguna que otra obra literaria), me ofrecieron la posibilidad de trabajar como auxiliar de conversación en Austria. Así que, cogí mi maleta y me fui a descubrir esta nueva cultura.
Fue un año estupendo. Me formé como profesora y, sorprendentemente, se me daba bien. Disfrutaba enseñándoles a los alumnos mi idioma y mi cultura, al mismo tiempo que ellos me mostraban sus costumbres y su aprecio.
Sin embargo, esta profesión no me llenaba del todo. ¡No lo malinterpretéis! Me encanta educar al futuro del planeta, pero en mi interior sabía que todavía me quedaba algo por hacer.
Empecé a plantearme diferentes metas y caminos hasta que me di cuenta que durante todo este tiempo había estado enfocándome en todo lo necesario para realizar el siguiente paso.
Como ya he dicho, me gustan las culturas y los idiomas, pero sobre todo me encantan las personas. A partir de este concepto, entendí que el cambio que de verdad necesitaba era centrarme en ellas sin olvidarme de todo lo aprendido.
Siempre he pensado que la comunicación entre individuos es el éxito del entendimiento. Tanto en mi carrera como en mi vida personal he aplicado este principio y, de repente, supe que esa era mi nueva inspiración. Necesitaba ser la que pudiera hacer que las personas se comunicaran, la que pudiera transmitir un mensaje, la que pudiera emocionar a través de una plataforma o de una marca.
Además, recordé como mis amigos de toda la vida, de broma, siempre me decían que sería una relaciones públicas estupenda, ya que hablo por los codos. Aunque en ese momento no tenía ni idea de qué significaba ser “relaciones públicas”.
De esta forma, inicié la que, probablemente, haya sido la búsqueda más importante de mi vida: la de un buen máster.
La curiosidad es mi mantra, por lo tanto, me pasé meses intentando encontrar el programa que más se adaptara a mi personalidad y a mis nuevas metas hasta que un buen día apareció ante mis ojos la página web de la UAB. Investigando encontré el máster que estaba buscando con tanto anhelo y me decidí a mandar un correo electrónico.
Desde el primer momento, el trato que me dieron fue extraordinario. Me contestaron rápido, de manera familiar; y ese fue el principio de un nuevo capítulo.
Me inscribí y con mucha ilusión tomé la decisión de mudarme a Barcelona para comenzar el curso. No sabía que esperar; solo sabía que tenía bastante miedo porque o bien había acertado de pleno con mi decisión o bien me podía haber estrellado contra el asfalto.
Sin embargo, todo salió a pedir de Milhouse. ¡No podría haber pedido una experiencia mejor!
Durante este último año, he tenido la suerte de estudiar al lado de personas maravillosas que pasaron de ser unos desconocidos a ser mi familia barcelonesa, mis grandes amigos.
He disfrutado de la sabiduría de grandes profesionales del mundo de la comunicación y, de su mano, he aprendido a desarrollarme dentro de un entorno physical y VUCA de una manera práctica e instructiva. He podido visitar algunas de las mejores agencias de comunicación y de relaciones públicas de España y del mundo, además de conocer de cerca la comunicación interna de grandes marcas.
He aprendido a superar grandes retos y, sobre todo, enormes cambios inesperados; ya que nos tocó de fondo la pandemia mundial que estamos sufriendo todavía a día de hoy.
A raíz de esta situación tan incierta, la dirección del máster tuvo que reestructurarlo todo y nos ofreció un buen plan de contingencia. Al principio costó porque el coronavirus apareció de repente y casi sin avisar, modificando todos nuestros planes académicos. Sin embargo, después de unas semanas volvimos a tener una actividad “normal” de manera online. Gracias al esfuerzo de la coordinación del máster, a nuestros adorados profesores y a nuestras ganas de aprender, la incertidumbre se apartó y pudimos concluir nuestra formación con éxito.
Sin duda alguna, la realización de este máster ha cambiado mi vida. Me ha ofrecido un equipo estupendo para trabajar (con el cual tengo ya planes de futuro), me ha aportado un maravilloso conocimiento comunicativo y me ha hecho percibir la vida de una manera diferente. Asimismo, gracias a ser parte de este máster he encontrado una de las mejores empresas para formarme dentro del mundo de la comunicación digital.
En definitiva, todos los involucrados en este máster hemos crecidos y no lo hemos hecho solos. Nos hemos apoyado y respetado y la verdad es que, al menos desde mi perspectiva, hemos tenido mucha suerte.

«Hay que juntarse con la gente
que nos hace bien,
la felicidad empieza
por lo que uno elige.
Elegir mejor
nos hace sonreír más».
– Rafael Cabaliere

Me gustaría concluir con esta cita de Rafael Cabaliere porque, aunque este haya sido un máster excelente que ha cambiado mis objetivos por completo y le ha dado un nuevo rumbo a mi vida, las personas y los profesionales que me he encontrado en él han sido lo mejor que me ha podido pasar en toda mi existencia.
La motivación y el cariño que he sentido este año no se pueden expresar con palabras. Por eso, simplemente deciros a todos GRACIAS.
Nos quedan pendientes un viaje a EE. UU. y una graduación, pero encontraremos el momento preciso para volvernos a juntar y a celebrar porque… ¡no es un adiós, es un hasta pronto!

Por Bibiana S. – Alumna del máster edición 19-20

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