El compromiso social de las empresas va más allá de su propia imagen
06/03/2024
Si os pregunto qué es la RSC de una empresa ¿sabríais contestar? En la mayoría de los casos la respuesta es no. Para tener una idea de cómo se percibe fuera del ámbito de la comunicación empresarial lancé la pregunta en todos mis grupos de contacto, y, aunque en algunos casos las respuestas fueron ingeniosas, y en otros se aproximaba a la respuesta real, el 95% de las personas preguntadas dijeron no saber de qué les estaba hablando. El 5% que sí sabía a qué me refería estaban vinculados a departamentos de RRHH o similar. Cabe decir que, aunque la muestra no es digna de estudio, sí es representativa, ya que mi círculo es bastante homogéneo y respondieron un total de 70 personas. Quizá no es un estudio cuantitativo muy interesante pero es real, como lo son cada una de las personas que contestaron, ya que son parte de la sociedad y por tanto agentes tanto internos como externos de empresas y servicios, y como lo eres tú, que estás leyendo esto ahora mismo y que te da igual si contestaron 70 o lo hicieron 1000, ya que lo que te importa es saber si te voy a contar de una vez qué es la RSC o si vas a tener que ir a un buscador (como hicieron algunos de los preguntados, por cierto).
Cuando se les reveló el significado del acrónimo, Responsabilidad social corporativa, (¿Lo habías acertado?) más el significado según el cual la RSC es la responsabilidad que las empresas e industrias tiene con respecto al medioambiente y con el conjunto de la sociedad de la que forma parte, la percepción inicial fue decir que las empresas para las que trabajaban no sabían de eso, que no lo fomentaban o directamente no lo respetaban. Pero ¿es eso cierto? ¿en el total de los casos? Probablemente la causa de esta sensación se deba a la falta de comunicación de las empresas con uno de sus principales agentes, los propios trabajadores. Y es que la comunicación es casi tan importante como la acción, ya que si haces RSC y no lo comunicas (o no lo comunicas bien), hoy día es como si no lo hubieras hecho.
Para ponernos en contexto os comentaré que el término de RSC fue acuñado en 1953 por el economista norteamericano Howard Bowen, el cual ya remarcó que “la responsabilidad del hombre de negocios consistiría en tomar decisiones acordes con los objetivos y valores de la sociedad.” Aunque en los primeros años las responsabilidades de casi todas las empresas era aumentar los beneficios para los accionistas, sus principales stakeholders (Friedman, Milton. 1962) y no fue hasta 1984 que Edward Freeman habló de que las organizaciones debían reformarse en función de las relaciones con sus diversos stakeholders.
Podríamos seguir hablando de cronologías y tratados como el de Kioto, o el manifesto de Davos de 2020 o Declaración de la Business Roundtable de 2019, pero con toda probabilidad nos estaría pasando como a esas empresas que hacen y hacen pero no saben comunicar, o peor, no saben a quién comunican, que dejarías de leer porque no te resulta interesante ni atractivo (si os quedan ganas al acabar de leer os invito a que busquéis información porque realmente es interesante aunque no lo parezca). Y como no es eso lo que queremos voy a seguir con más ejemplos claros que nos ayuden a todos a entender mejor el tema.
La RSC no es solo un escaparate en el que las empresas donan dinero o hacen voluntariados para mejorar su imagen, va más allá, es un compromiso que adquieren con la sociedad en general para mejorar temas económicos, medioambientales y de derechos humanos. Y es que las empresas son un gran agente de cambio para mejorar el mundo.
En los últimos años, hemos sido testigos de numerosos escándalos empresariales que han dañado la reputación de empresas y han tenido un impacto negativo en sus resultados financieros. Estos incidentes son un claro recordatorio de la importancia de la RSC en el mundo empresarial actual.
Recordemos el caso de Volkswagen, el escándalo Dieselgate, el cual se destapó en 2015. El mayor fraude de la industria de automovilística de los últimos tiempos. En 2009 salió la norma Euro 5 que forma parte de la normativa europea sobre emisiones lo que suponía una disminución de la cantidad de óxido nitroso autorizado emitido por los vehículos de motor. Las empresas tuvieron tiempo para hacer los cambios que fuesen necesarios para cumplir esa norma, pero Volkswagen creó un software capaz de manipular los resultados en las pruebas de emisiones, en lugar de cumplir con lo legal. ¿Porqué un gigante del automóvil hizo eso? Según investigaciones internas no disponían de tiempo ni presupuesto ¿realmente una empresa de este calibre no podía afrontar los cambios que se le pedían?
El caso se acabó destapando y Volkswagen pagó una multa de 502 millones de euros, a los que se les tendría que sumar las pérdidas ocasionadas por los cambios de motores en los vehículos afectados, y la bajada de ventas posterior al escándalo. Pero lo peor no fue el gasto económico sino reputacional, la marca perdió credibilidad ante todos sus agentes, que en este caso iba má sallá de los directos y era la sociedad en general, ya que la contaminación de sus coches afecta al planeta y no solo a los usuarios. Cambiaron a la directiva, incluso el logo de la compañía y se reinventaron con una campaña (fantástica por cierto) en la que entonaban el mea culpa a la vez que lanzaban un coche eléctrico pero la sombra de el Dieselgate les acompañará para siempre.
Las empresas que adoptan prácticas responsables en sus operaciones no solo se ganan la confianza de los consumidores y la comunidad, sino que también pueden obtener beneficios tangibles. Estudios han demostrado que las empresas con sólidos programas de RSC tienden a tener una mejor reputación, una mayor lealtad de los clientes, y una mayor capacidad para atraer y retener a talento de calidad.
El ránking de empresas mejor valoradas del mundo según Fortune, lo encabeza Apple, esa posición se debe al innovación tecnológica, su solidez financiera y una calidad de gestión por encima del promedio. Es decir, a la buena imagen que la gente tiene sobre la marca. No olvidemos que de su icónico Iphone se venden unas !440 mil unidades diarias¡ entre otros muchos productos, lo que se traducen en miles y millones de seguidores de la marca.
Appel ha demostrado un compromiso real con la RSC y ha implementado acciones concretas para contribuir al desarrollo sostenible como programas para minimizar su huella ambiental, promover la igualdad de género en sus plantas de producción y mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores. ¿0s imagináis que no fuese así? Que no cumplieran con compromisos sociales que mejorasen el mundo ¿seguiría estando en primera posición?
Con estos dos ejemplos os he querido poner en situación de la importancia que tiene la RSC en la sociedad, tanto en positivo como en negativo, y es que, por suerte, los ciudadanos somos cada vez más responsables y exigentes con las empresas, tenemos más información y poder de elección, y sobre todo, gracias a las redes sociales somos un altavoz que las empresas deben tener en cuenta, y es que lo más importante para una organización es escuchar a sus públicos.
En conclusión, la Responsabilidad Social Corporativa es un aspecto fundamental que las empresas deben considerar en sugestión empresarial, ya que no solo contribuye al bienestar de la sociedad y del planeta, sino que también fortalece la reputación y la sostenibilidad de la empresa a largo plazo. Es necesario que las empresas se comprometan de manera genuina con la RSC y adopten prácticaséticas y sostenibles en todas sus operaciones.
Y si sois de los que no sabíais a qué correspondía el acrónimo de RSC os instamos a consultar qué hace la empresa para la que trabajas al respecto, seguramente te sorprenderá.
Por Sara Haghgoo*
*En ocasiones me he referido en singular y en otras en plural, y es que, aunque este artículo lo ha escrito una persona, detrás hay un gran equipo que trabaja en conjunto los temas que tratamos.
Gracias por haber llegado hasta aquí.