«Creo que estas relaciones se basan en el respeto, y el respeto se gana haciendo bien las cosas».
11/03/2021
Nahir Gutierrez, profesora en el Máster de Dirección de Relaciones Públicas y Agencias de Comunicación, es, desde 2013, Coordinadora de Comunicación de la División Librerías en Grupo Planeta, donde entró como Directora de Comunicación de Seix Barral. Con casi tres décadas de experiencia, Nahir estudió el Grado de Periodismo en la misma universidad donde actualmente imparte la asignatura de Gabinetes de Comunicación.
1. ¿Hay una razón principal por la que te dedicaras a la Comunicación?
Digamos que no fue intencionado. Cuando acabé los Juegos Olímpicos (Barcelona 1992), no sabía muy bien que quería, podría y sabría a hacer. Yo venía de jefa de prensa de La Antorcha Olímpica, y razonablemente contenta con el cumplimiento de mi cometido. Tras acabar ese trabajo, surgió casi de carambola una oferta para una editorial, lo que hizo que se juntaran las dos cosas que más me gustan: Comunicación y Libros. Recuerdo que mi madre me dijo: “o sea, te van a pagar por leer”.
2. ¿Para ser un buen profesional de la Comunicación se debe tener contacto entre los periodistas?
Si en este trabajo no tienes contactos entre la prensa estás muerto. De hecho, a la gente que llega nueva a la editorial, yo siempre le digo: “sal ahí fuera y conoce gente. No te limites a enviar tu tarjeta, tómate un café con ellos”. No puedes hacer bien tu trabajo con periodistas si no los conoces. No basta un trato profesional, tienes que conocerlos personalmente. Se tiene que vivir como una relación a largo plazo. La relación cuanto más profunda es, más sana puede ser. Si llega el día en que le tengas que pedir a un periodista que no publique algo concreto, eso solo lo puedes hacer si la relación es auténtica. Yo miento poco porque no sé acordarme de las mentiras; por eso lo más corto, fácil y sano es decir la verdad. Creo que estas relaciones se basan en el respeto, y el respeto se gana haciendo bien las cosas.
3. ¿Qué habilidades crees que debería cumplir una persona para llegar a esta posición de Directora de Comunicación en una editorial?
Si no te gusta la gente, no te metas en esto. Es un trabajo muy exigente y demandante social y emocionalmente. De hecho, en estos cargos casi todas somos mujeres. Creo que se requiere de sensibilidad y mucha empatía. Con esto tampoco quiero decir que seamos delicadas, para nada. Porque en la relación con los medios también es importante educarlos: cuando alguien hace algo mal en el otro lado, hay que hacérselo notar, sin apearse.
El tiempo también es un factor a tener en cuenta, sobre todo en las giras editoriales. Allí es cuando te unes más al autor porque convivís durante tres semanas, mucho más en algunos casos; solemos decir que es “casi como una mili”. Por eso digo que es demandante emocionalmente, porque hay un lado de ti que no puede olvidar que estás trabajando. Hay cosas que no puedes hacer o decir.
4. ¿Cuál crees que fue el detonante para alcanzar la posición que actualmente posees?
Yo creo que hay dos grandes cambios en mi carrera que podrían responder a esta pregunta: Tengo la impresión – y es solo una impresión personal- de que cuando estaba en Tusquets, editorial independiente, alguien ve una portada en el suplemento de El mundo, el Cultural, con un autor desconocido en aquel momento, en portada. Siempre he pensado que cuando vieron la portada se preguntaron: “Pero, ¿este hombre quién es?”. Y, al mismo tiempo: ¿quién ha conseguido meterlo en la portada del suplemento cultural más importante de este país? Esa es mi teoría. Por supuesto, en realidad el mérito último siempre es del autor y de su libro, pero hay una parte de trabajo bien hecho que también ayuda.
La segunda parte creo que tiene que ver con maneras de hacer. Cuando me ofrecen la coordinación de la Comunicación de los sellos editoriales creo que es una decisión tomada tras haber visto el trabajo hecho en Seix Barral: cuando entré en esa editorial no había prácticamente libros en librerías, nadie llamaba al teléfono, no había trato con los periodistas: no había músculo. La sensación de estar sola y de que al otro lado no había nadie era tan intensa, que durante un tiempo me preguntaba a menudo: “quién me mandaría irme de Tusquets? Con lo a gusto que yo estaba…”. Por eso empecé a aporrear puertas, me pateé el país entero u organicé una fiesta de verano – una idea que ha perdurado la friolera de 20 años… – todo para ponernos en el mapa y que el sello ganara notoriedad. De modo que yo creo me llamaron porque Seix Barral funcionó muy bien. Siempre he tenido la sensación de ir beyond dutty, se espera una cosa de una, y una suele decir: “y si hacemos esto otro?”. Creo que se debe sobre todo a que tengo una visión generosa , integradora, de los libros y de la lectura, y eso fue lo que me dio la oportunidad de coordinar todas las áreas, porque es necesario un estilo de liderazgo bastante especial.